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lunes, 2 de mayo de 2011

Querer cambiar no basta

El cambio cuantitativo surge de soluciones materiales, mientras que el cambio cualitativo surge de una transformación inmaterial. Un cambio cualitativo no se puede implantar por decreto, es de carácter informal e implica una transformación de la visión de las cosas.

Decretar un cambio de origen cultural crea inmovilismo en los sistemas humanos. Al sentir la imposición como una no aceptación de su identidad, esos sistemas la viven como una agresión y reaccionan resistiéndose con toda su energía. Es en el momento en que uno se acepta a sí mismo y en que se siente aceptado cuando se está preparado para cambiar. Todo sistema humano que se siente herido en su identidad se defenderá para compensar esa frustración, en lugar de utilizar sus recursos y capacidades para proseguir su desarrollo.
Si como agentes del cambio, ponemos el acento en los defectos y en las disfunciones del sistema y buscamos en primer lugar eliminarlos, tenemos todas las posibilidades de activar las resistencias de ese sistema y reforzar así sus propias disfunciones. 

Provocar un cambio en un sistema no consiste en intentar eliminar sus disfunciones, sino en descubrir las funciones útiles para explotarlas en la persecución del cambio.
Todo cambio es consecuencia de un aprendizaje que nos llevará a un cambio de premisas o de actitudes mentales que producirán, al mismo tiempo, un cambio en el sistema.

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