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miércoles, 5 de mayo de 2010

Responsabilidad Social Corporativa


La responsabilidad social (RS), es un tema cada vez más en boga en el entorno empresarial ya que cada vez tiene más influencia en su supervivencia y éxito. La RS se ha vuelto un factor importante en el desarrollo de negocios y en el establecimiento de relaciones positivas entre las empresas y los actores (stakeholders1).



Cuando se habla de RS en las empresas, no se refiriere solamente a su participación en acciones o inversiones en proyectos sociales, si no que también se tiene en cuenta como estas intentan comprender y actuar en respuesta a las nuevas demandas de la sociedad, ya que el valor generado por una empresa no solo se refleja en beneficios bursátiles, sino que también, por tener un impacto positivo en todos los afectados por sus operaciones, en particular el medio ambiente y la comunidad (a sus propios empleados y el resto de la sociedad), respetando su cultura y actuando de una manera ética y transparente (Kraeme, 2005).




El término responsabilidad social se puede entender como la forma ética de la empresa para hacer negocios, que sea co-responsable del desarrollo social. Es el compromiso voluntario de las empresas en el desarrollo de la sociedad y en la preservación del medio ambiente, desde su composición social y el comportamiento responsable con las personas y grupos sociales a los que pertenecen (Kraeme, 2005). Esta práctica voluntaria, es superadora de los mínimos exigidos por las leyes, que busca la excelencia en sus comportamientos internos y externos, que asegura el buen gobierno hacia sus accionistas (Jáuregui, 2009).



La inclusión del valor de RS en la empresa va más allá del mero cumplimiento y la obligación legal de entregar resultados exclusivamente económicos a corto plazo. Esta inclusión supone una especie de planificación estratégica que afecta a la toma de decisiones y operaciones de cualquier organización, la creación de un valor a largo plazo y contribuir a la consecución de una ventaja competitiva sostenible.



Los autores Vitell, Ramos & Nishihara, (2010), han mostrado, en su trabajo sobre la ética y moral en las organizaciones, que la filosofía personal y moral tiene un impacto directo sobre la percepción la responsabilidad social. Bansal (2005), han referenciado que actividades de negocio socialmente o ecológicamente responsables son de carácter voluntarias (por encima y más allá de normas reguladoras), siendo sus efectos a menudo muy difíciles de cuantificar, y pueden ser sumamente dependientes de las opiniones personales de un líder influyente. Pero cuando cambiamos de mando, o ante la presión económica, el argumento ético proporciona un imperativo débil para las empresas en seguir funcionando de igual modo, sobre todo si hay gastos a corto plazo a hacer.



Según Jáuregui (2009), la RS ha cambiado con el agravamiento de la crisis económica, pues sus consecuencias han tenido algunos impactos referentes al comportamiento de la RS de las empresas de hoy, como por ejemplo: Crecieran las exigencias del buen gobierno, la transparencia hacia accionistas y sociedad, progresó el sentido de la Responsabilidad – Sostenibilidad en el núcleo del negocio, la lección de la Prudencia que nos ofrece la crisis de Bancos/Constructoras,Inmobiliarias/Aseguradoras etc; y dados indican que una empresa limpia ecológica sostenible, con una buena responsabilidad social, emerge de la crisis con un plus de competitividad frente a la empresa “toxica” e irresponsable.



Los institutos de OIT - Organización Internacional del Trabajo y el OCDE – Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico – han establecido normas y directrices para las acciones de multinacionales reconocidas a nivel internacional, pues estas tienen tienen muy presente la visión de responsabilidad Social como cultura empresarial, siendo su objetivo promover el desarrollo económico a partir de una perspectiva social e ambientalmente sostenible (Kraeme, 2005), así como mejorar su posición dentro del mercado mundial/nacional.



De hecho muchas empresas son atraídas por las ventajeas de aportar prácticas socialmente responsables. Con estos dados, de los diferentes autores, se puede definir que los principales beneficios para las empresas con esta cultura incorporada serían: la valorización de la imagen institucional y de su marca; mayor lealtad del consumidor; mayor capacidad de reclutar y mantener talentos; flexibilidad y capacidad de adaptación y longevidad (Kraeme, 2005). Aún que de acuerdo con esta autora no es necesario ser un buen observador, para poder verificar que las empresas socialmente responsables (que no piensan sólo en obtener beneficios, pero sobre todo, en los seres humanos), son más valorados y reconocidos, con la preferencia de sus clientes, llevando, como ya ha dicho Jáuregui (2009), a una poderosa ventaja competitiva en las organizaciones de desarrollo de negocios, ya que los consumidores valoran la preocupación de la empresa en la medida de crear una sociedad más igualitária y menos injusta.


1 cualquier grupo dentro o fuera de la organización que tiene interes en el desempeño de la empresa.

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